LA IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS ANTOS DE LOS ULTIMOS DIAS
  el arrepentimiento
 

 

             El arrepentimiento

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E
l arrepentimiento es un don maravilloso de un amoroso Padre Celestial.  Los mormones creemos que se debe ver el arrepentimiento de manera positiva como una oportunidad para mejorar.  La raíz de la palabra arrepentimiento tanto en hebreo como en griego se refiere al regreso del pecado a Dios y a un cambio de corazón.  El arrepentimiento no es sinónimo de penitencia, sino se refiere más bien a un cambio espiritual interior.  El Libro de Mormón se refiere al arrepentimiento como a un cambio de corazón.  El arrepentimiento es, por tanto, el acto de tratar de llevar una vida de acuerdo con las enseñanzas de Dios.

 

Para arrepentirse, es necesario:

  • Confesar los pecados a Dios.
  • Sentir un pesar sincero por los pecados cometidos.
  • Pedirle perdón a Dios.
  • Hacer todo lo posible por corregir los problemas que sus acciones puedan haber causado.
  • Abandonar el pecado y no volver a él.

 

Cuando hayamos hecho esto, recibimos esta promesa de Dios.

He aquí, quien se ha arrepentido de sus pecados es perdonado; y yo, el Señor, no los recuerdo más. Por esto sabréis si un hombre se arrepiente de sus pecados: He aquí, los confesará y los abandonará (Doctrina y Convenios 58:42-43).

Cuando nos hemos arrepentido sinceramente, recibimos la promesa de Dios, y Dios no puede mentir, de que somos perdonados.  Para estar limpios de todos nuestros pecados y convertirnos en una nueva criatura en Cristo, debemos seguir el arrepentimiento con el  bautismo.  Sin embargo, como todos continuamos cometiendo errores, debemos arrepentirnos a lo largo de nuestra vida y continuamente regresar a Dios para recibir fortaleza y perdón.  A través de la santa cena, en el que los mormones participan cada domingo, podemos renovar los convenios contraídos en el bautismo y así renovar la limpieza del Espíritu Santo.  Doctrina y Convenios de la Iglesia Mormona dice:

Sí, arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros para la remisión de sus pecados; sí, bautizaos en el agua, y entonces vendrá el bautismo de fuego y del Espíritu Santo.  He aquí, de cierto, de cierto os digo, éste es mi evangelio; y recordad que deberán tener fe en mí, o de ninguna manera podrán salvarse; y sobre esta roca edificaré mi iglesia; sí, sobre esta roca estáis edificados, y si perseveráis, las puertas del infierno no prevalecerán contra vosotros. (D. y C. 33:11-13).


 
   
 
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